Surfée Benítez!

El agente Benítez está como loco con el surf. No puede parar. Está convencido de que si agarra una ola buena termina en Hawaii. Y bueno, Beníez, dele duro entonces! Nos vemos en unos días!

Estoicismo Benítez

El hotel que consiguió el agente Benítez en Mar del Plata es un poco pobre. Pero de buen corazón, claro. La única cama que les quedó es una de clavos que usaba un gitano que trabajaba en la rambla. Se la ofrecieron, y Benítez no quiso ser desagradecido. Paciencia, Benítez, siga con el surf.

Benítez MDQ

Well all be planning that route
Were gonna take real soon
Were waxing down our surfboards
We cant wait for june
Well all be gone for the summer
Were on surfari to stay
Tell the teacher were surfin
Surfin MDQ

Cordialidad Benítez

Y el agente Benítez llegó a Mar del Plata nomás. Este es Adolfo, el portero del hotel que el agente consiguió por el sindicato. Hace 58 años que Adolfo trabaja en Mardel porque su tío era consejal y amigo de Juan Duarte. El hotel es humilde y no hay luz eléctrica. Pero en Mar del Plata Benítez no tiene problemas, si no hay más camas se tira en la arena. Eso es voluntad, a disfrutar, Benítez!

Benítez al Operativo Sol!

Se acabó el tiempo de las drogas. El agente Benítez pidió el pase a la costa para proteger a los veraneantes. Se está yendo a Mar del Plata en un tren que fletó la Fundación Eva Perón para que los niños pobres conozcan el mar. Nuestro querido representante de la ley va como custodio. Vamos, Benítez, lleva las ojotas?

Benítez drogado III

Benítez sigue endrogado con LSD. La carrera ilegal de motocicletas en la que participa termina mal. Dos pilotos sufren un feroz accidente. Nuestro querido policía, aún narcotizado pero fiel servidor de la ley, se pone de inmediato a emparchar la rueda delantera de una de las motos. Eso es servir a la comunidad, Benítez!

Benítez drogado II

Los efectos del ácido no se disipan en el agente Benítez. Desbocado por el efecto de la droga, el eficiente agente decide dar rienda suelta a sus instintos y no cumplir con las normas. Se acerca a una carrera callejera de motociclistas y no sólo no detiene a los malechores, sino que se ofrece como árbitro en la línea de largada. Cuidado, Benítez!

¿Benítez on drugs o Benítez K?

¡Explíquese agente! ¡Y por favor deje de sonreir!

¡Benítez on drugs!

Pobre agente Benítez. Pasó todo el primero de enero de guardia. Mientras cuidaba el tránsito en una calle, un grupo de niños malignos le convidó un te de tilo sin avisarle que le habían agregado ácido lisérgico. Desde hace un rato Benítez no entiende por qué los semáforos le dan tres luces celestes. Pero se siente bien, eso sí. Coraje, Benítez, relájese y goce!