Benítez cumple, Benítez dignifica!

Tenía que pasar y pasó. El noble agente Benítez después de... un mes de lucha sin descanso derrotó al monstruo japonés asesino que pretendía devorarlo. A sus piez/s entonces, enlazada con cintas de titanio, la libélula asesina que quizá, por qué no, se convierta ahora en la mascota de nuestro fiel servidor de la ley. A lo suyo, Benítez! Vuelva pronto de Tokyo que en el Gran Buenos Aires el mal acecha!