Benítez y la tristeza

Pobre agente Benítez... Él viajó a Alemania a trabajar, pero se puso tan triste después de la derrota de Argentina en la Copa del Mundo que se quedó durito durito como un muñeco. Sus superiores lo notaron tan mal que decidieron darle unos días de vacaciones en Europa. Por eso a partir del lunes Benítez andará paseando por ahí. ¡Recupérese agente, fue sólo un partido!

Benítez es mundial

Gracias a su eficacia para detectar y detener barrabravas, el agente Benítez se ha convertido en un héroe en Alemania. Aquí el momento en que lo entrevistan para la Deutsche Welle. Lo más interesante del caso es la reducción de costos de la cadena de TV alemana: un solo periodista entrevista y filma al mismo tiempo, y además transmite por satélite!!!!
Qué adelantados están en el primer mundo. ¡Aprenda y divulgue, Benítez!

Benítez y los violentos

Ahora sí. El agente Benítez confirma por qué valía la pena invitarlo al operativo de seguridad de la Copa del Mundo. Acaba de detener a un barrabrava argentino en las inmediaciones de un estadio y se lo lleva preso. Obsérvense bien las cualidades del violento: en la mano izquierda, una herradura para arrojarle al referí. En la derecha una botella de fernet con cola para alcoholizarse. Sus ojos lo delatan eximio fumador de marihuana y para colmo lleva una hoja de la plantita en su gorro. Esta es la clase de gente que nos hace quedar mal en el mundo. ¡Duro con él, Benítez! ¡Mándelo a una prisión turca!

Benítez y los belgas II

El agente Benítez intenta detener a dos belgas borrachos. Pero los tipos son tan simpáticos y le convidan una cerveza tan gustosa, que Benítez mira el reloj, se da cuenta de que está por terminar su horario laboral y se les une en la juerga. Saca un lexotanil y les enseña a tomar la jarra loca como los pibes de conurbano. El gordo de la derecha, sobre todo, se la pasa bomba. ¡Una canita al aire se tira cualquiera, Benítez!

Benítez y los belgas

Cae la tarde en las calles de Baviera. De ronda policial, el agente Benítez le da la voz de alto a un belga. El hombre ha estado bebiendo en la calle desde el alba, incentivado por cientos de periodistas de varios países que lo encontraron muy pintoresco y le pagaron más tragos.
Está tan ebrio el belga que confunde a Benítez con un duende celta y le ofrece cerveza. ¡Mugre hay en todo el mundo, Benítez! ¡Póngalo tras las rejas! ¡A él y a los periodistas también!

Patrulla Benítez

El agente Benítez lo logró. Enviado como apoyo argentino al operativo de seguridad de la Copa del Mundo, nuestro agente recibe en préstamo un patrullero alemán último modelo. Ahora sí, prepárense malandrines. El coche es un poco compacto pero araña los 300 en las rectas. Colgados los dados del retrovisor y con un perrito que mueve la cabeza en el tablero para no perder la costumbre, ¡agárrense que Benítez puso el acelerador contra la tabla!

Habilidades con Benítez

El agente Benítez y su colega alemán, el agente Dieter, siguen intercambiando conocimientos anti delictivos. Aquí Dieter le enseña a Benítez un paso de breakdance, útil para infiltrarse en patotas de jóvenes europeos adictos al éxtasis. ¡Con casco lo hace cualquiera, Benítez! ¡Flow!

Benítez se pasa de vivo

El agente Benítez y su colega alemán, el agente Dieter, ensayan un poco de combate cuerpo a cuerpo en el operativo de seguridad del Mundial. Dieter tiene mucha técnica antiterrorista, pero Benítez le practica una zancadilla bonaerense traicionera y lo deja en el piso. No se haga el canchero, ¡esas cosas no se hacen, Benítez!

Benítez y Dieter

Solucionados unos pequeños inconvenientes, el agente Benítez ya está en suelo alemán dispuesto a prestar ayuda en la vigilancia antiterrorista de la Copa del Mundo. Aquí se retrata con el agente Dieter, su colega germano que habla algo de español y lo acompañará durante su estadía. Cuando se sacaron esta foto estaban a punto de ir a comerse unos panchos. ¡Cuidado con el teutón, Benítez, que parece bastante cariñoso!

¡Benítez preso en Alemania!

Todo mal con la llegada del agente Benítez a Alemania. Su primo le dijo que al pisar tierra germana tenía que saludar extendiendo el brazo derecho, chocando los talones y gritando “Jail!”. Benítez hizo eso y lo metieron preso por neonazi. ¡Explíquese, Benítez!

Emoción a lo Benítez

El agente Benítez es enviado a Alemania para velar por la seguridad del público mundialista y detectar barrabravas argentinos. Lo despide en el aeropuerto su primo, el sargento Benítez.
Este encuentro de titanes es grandioso para nosotros, aunque no tanto para ellos. Benítez es agente de la Bonaerense y Benítez es sargento de la Federal. Y entre la Bonaerense y la Federal… está todo mal. Con diplomacia, agente, y... buen viaje!

PS: El el de la izquierda es Benítez, y el de la derecha también.

La despedida de Benítez

El agente Benítez se va al Mundial. Sus compañeros juntaron unos pesos y le contrataron un gato para la fiesta de despedida en la comisaría! En el momento de la fotografía, los colegas de Benítez ya están borrachos disparando al aire en el patio. Nuestro fiel servidor de la ley se queda con la nena para él sólo y le indica que pase para la habitación del fondo. Humille, Benítez, y disfrute de la carne de exportación, que esto en Europa no se consigue!

Benítez se va a Alemania!!

Nuestro querido agente Benítez es premiado por su intachable labor cotidiana dirigiendo el tránsito y combatiendo el crimen. El comisario Rodríguez (a la derecha de la imagen) y el subcomisario Maidana (a la izquierda) le comunican al agente que en unos días más lo enviarán al operativo de seguridad de la Copa del Mundo 2006. Benítez se pone tan contento que no puede bajar el brazo derecho, elevado de alegría, y se toma una foto con sus jefes para llevar en la billetera. Usted se lo merece, Benítez. Vaya y háganos quedar bien!

El sueño de Benítez

El agente Benítez vuelve a soñar que viaja al Mundial de Fútbol 2006. Pero esta vez no lo horroriza que en Alemania no haya límite de velocidad en las autopistas. En el sueño se cuela un patrullero alemán de última generación. Benítez se imagina al volante de la máquina, persiguiendo germanos ebrios a 300 km/h por la ruta y se sonríe. Con un patrullero así –piensa Benítez- no habría delito que no pudiera impedir. Ojalá la Policía Bonaerense contara con estos móviles. ¡Sueñe, Benítez!

PD: Mientras el agente Benítez sigue soñando nos preguntamos: ¿Será conveniente mandarlo a Alemania? ¿Está Benítez a la altura de las circunstancias para combatir el crimen europeo? ¿Enviamos a nuestro fiel servidor al Mundial para que nos mande sus fotos desde allá? Repuestas se esperan, queridos lectores, en este mismísimo poliblog...

La pesadilla de Benítez

El agente Benítez se va a dormir y sueña que viaja a la Copa del Mundo en Alemania. Sonríe entre las sábanas Benítez. Un Mundial… fútbol las 24 horas… Europa… Alemania, un país ordenado donde la gente respeta la ley… Alemania, un país que produce los automóviles más deseados del mundo… Alemania, un lugar preciado para un agente de tránsito como Benítez… Alemania, un país sin límite de velocidad en las autopistas… ¿Sin límite de velocidad en las autopistas? ¡Horror! El intachable agente Benítez comienza a sufrir convulsiones en la cama. Sueña que intenta detener bólidos en las autovías y no puede. Los germanos le lanzan sonrisas satánicas por la ventanilla mientras circulan a 280 km/h. Se despera Benítez. ¡Despierte, agente, es sólo una pesadilla!